Viaje al cuarto de una madre.

Estreno en cines: 11 de Julio de 2019.

Por Cecilia Tedesco.


Estrella esta jubilada pero sigue cosiendo en su casa, vive con su hija Leonor, quien ha comenzado a trabajar en el mismo taller de costura que trabajó ella, pero no le gusta planchar y aspira a tener una vida distinta. Esos sentimientos se intensifican al reencontrarse con una amiga que vive en Londres, y ahora Leonor está pensando en estudiar ingles para seguir sus pasos. 


Desde que su esposo falleció Estrella se ha quedado encerrada en la seguridad de su hogar con su hija como única compañía. Debido a esa pérdida, Leonor y Estrella han sido muy unidas y pasaban mucho tiempo juntas en la casa. Pero ahora Leonor quiere irse de allí para buscar suerte en Inglaterra y no se anima a decírselo a su madre. Estrella no quiere que su hija se vaya pero sabe que no puede retenerla a su lado para siempre. 


Cuando ese mundo en común comienza a desvanerse, ¿cómo harán madre e hija para afrontar esta nueva etapa de sus vidas sin lastimarse la una a la otra?...


La relación entre la madre y su hija es el centro de esta historia, que se ralentiza en esos momentos que comparten o en aquellos donde la madre queda inmersa en su soledad y en su tristeza interior. Se destacan las actuaciones de ambas protagonistas: Lola Dueñas como Estrella, y Anna Castillo como Leonor. Un relato realista, intenso, complejo, profundo, y bien construido. Sin duda un gran debut para su realizadora Celia Rico Clavellino.


El film pasó por varios festivales, entre ellos San Sebastian, donde obtuvo nominaciones y premios. En los Premios Goya recibió 4 nominaciones, incluyendo Mejor Dirección Novel y Mejor Actriz para Lola Dueñas.

Elenco: Lola Dueñas, Anna Castillo, Pedro Casablanc, Noemí Hopper, Marisol Membrillo, Susana Abaitua, Ana Mena, Adelfa Calvo, Silvia Casanova, Maika Barroso.

Guion y Dirección: Celia Rico Clavellino.

Fotografía: Santiago Racaj.

2018 - España.
Drama - 94 minutos.
Mirada Distribución.

Trailer:



Dijo Celia Rico Clavellino:

"Esta historia surge de una sensación física, como hija que se desprende del nido familiar: el confortable calor con el que las faldas de una mesa-camilla me resguardaban del frío. O me aprisionaban. No era fácil salir de aquel brasero. Podría haberme pasado horas durmiendo la siesta bajo su regazo, cómodamente, mientras la vida transcurría en otra parte, lejos del confort de la casa de mis padres.

Ésta es una película íntima, familiar, sobre este paso necesario, aunque no siempre fácil, que se produce en todas las relaciones entre padres e hijos. Los hijos siempre se marchan de casa. Es ley de vida, dice la expresión. Y aún así, no hay ninguna fórmula segura para emprender este viaje." 

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