Estreno en Cines: 8 de Agosto de 2024.
Por Cecilia Tedesco.
Takumi y su hija Hana viven en el tranquilo pueblo de Mizubiki, cerca de Tokio. Al igual que generaciones anteriores a ellos, llevan una vida sencilla en armonía con la naturaleza.
Cuando llegan al pueblo dos representantes de una empresa de Tokio para exponer ante los habitantes un plan para construir un glamping (camping de lujo) cerca de la casa de Takumi, ofreciendo a los residentes de la ciudad una escapada a la naturaleza, la reunion deja muy en claro que el proyecto tendrá un impacto negativo en el suministro de agua local, poniendo en peligro tanto el equilibrio ecológico de la meseta natural como su forma de vida, en especial, la de Takumi, quien al igual que otros lugareños expresan su rechazo de inmediato.
Un relato que expone los peligros de la intervención humana en lugares donde existen espacios naturales puros, que se ven amenazados por la presencia urbana.
El punto fuerte del film es el mensaje ambientalista del tramo central, pero el inicio es un poco lento y tarda mucho en arrancar para decir de que va, y decae en la ultima parte con un desenlace que queda abierto y resulta confuso.
De un director como Hamaguchi, que había marcado algo importante con su película “Drive my car”(2021), ganadora del Oscar a Mejor Película Internacional en 2022, sin duda se esperaba un trabajo mas solido desde lo narrativo, y por ello “El mal no existe” deja sabor a poco.
Elenco: Hitoshi Omika, Ryo Nishikawa, Ryuji Kosaka, Ayaka Shibutani, Hazuki Kikuchi, Hiroyuki Miura.
Guion y Dirección: Ryusuke Hamaguchi.
Dirección de Fotografía: Yoshio Kitagawa.
Edición: Ryusuke Hamaguchi & Azusa Yamazaki.
Diseño de Producción: Masato Nunobe.
Música: Eiko Ishibashi.
2023 - Japón.
Drama - 106 minutos.
Distribución: CDI Films.
Notas del Director Ryusuke Hamaguchi:
"En esta película, tuve la maravillosa oportunidad de trabajar nuevamente con la compositora de Drive My Car, Eiko Ishibashi. El proyecto cinematográfico comenzó cuando ella me pidió que creara algunas imágenes para su actuación en vivo, y concebí la película como un “material original” para las imágenes. A medida que me fui conectando cada vez más con la película que estábamos creando, Eiko y sus amigos también me ayudaron mucho en el rodaje. Era una forma muy libre de hacer cine, lo que me vitalizó mucho. Después del rodaje, sentí que había capturado las interacciones de las personas en la naturaleza y completé el trabajo como una sola película con el hermoso tema musical de Eiko Ishibashi.
Espero que el público sienta la fuerza vital de las figuras que se conmueven en la naturaleza y la música".
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