Por Cecilia Tedesco.
JAMAS LLEGARAN A VIEJOS
Mediante el uso de la tecnología más avanzada, el realizador neozelandés Peter Jackson presenta un archivo gráfico de la Primera Guerra Mundial restaurado y en color, donde se puede apreciar además de las batallas, las vivencias de los soldados y otros acontecimientos relacionados con esa guerra que se desarrolló desde 1914 hasta 1918.
Cada año la guerra era diferente, los soldados ingleses sabían que debían matar alemanes, que el trabajo sería duro pero no se quejaban porque se sentían útiles. Los soldados ingleses se sentían orgullosos de su labor, se habían alistado para cumplir con su deber patriótico y para defender el país, pero eran muy jóvenes, muchos no llegaban a la edad mínima de 19 años y fingían tenerlos para poder ingresar al ejercito, ya que era algo voluntario. Ellos formaban un grupo bastante heterogéneo de seres humanos, pero todos tenían esperanza!
"Ser soldado me convirtió en el hombre que soy", dice uno de ellos... "si sobrevivo a esto puedo sobrevivir a lo que sea".
El film está relatado mediante audios de la BBC, con las voces de militares en su mayoría, quienes representan a los soldados que combatieron en la Primera Guerra pero que han perdido su vida en el combate o han desaparecido debido a los años que han transcurrido desde entonces. Es asi como nos cuentan lo que podrían haber sido sus experiencias personales, y el significado que tendría la guerra para ellos, coordinando perfectamente imagen y sonido mediante una edición magistral.
Se combinan comentarios con imágenes de archivo en blanco y negro que forman parte de las colecciones del Museo Imperial de Guerra británico, montadas en una pantalla cuadrada al comienzo y al final, para dejar lugar más adelante a las filmaciones coloreadas, donde aparecen los soldados combatiendo, en las trincheras, mediante imágenes realistas que muestran los horrores de la guerra, y que están ligadas a diálogos mas personales, ocupando casi la pantalla completa, de este modo se va entretejiendo esta historia bélica, cruda, intensa, y violenta, cuyo saldo dejó muchos muertos y heridos en ambos lados.
La guerra llegó a un punto donde sus protagonistas solo deseaban que se acabe, sin importar quien fuera el vencedor, solo querían que llegara a su fin para poder continuar con sus vidas antes de perderlas. Pero la mayoría no consiguieron empleo al regresar a su país, algunos estaban lisiados, otros eran despreciados, y se convirtieron en una raza aparte del resto de los ciudadanos, quienes no hablaban del conflicto porque no tenían idea de como había sido estar allí.
Casi un millón de soldados británicos perecieron entre 1914 y 1918. El film habla de los soldados británicos que participaron de ese conflicto armado y está dedicado al Sargento William Jackson (abuelo de Peter, el director), quien sirvió como soldado desde 1910 hasta 1919, y a otros soldados que murieron durante la guerra. Se presentó en la última edición del Bafici.
Dirección: Peter Jackson.
Edición: Jabez Olssen.
Título Original: They Shall Not Grow Old.
2018 - UK / Nueva Zelanda.
Documental / Historia Bélica - 99 minutos.
Warner Bros. Pictures.
Trailer:
LA GUERRA SILENCIOSA
"Si luchas puedes perder, si no luchas estás perdido." Con esta cita de Bertolt Brecht arranca el film, que participó en la Sección Oficial del 71° Festival de Cine de Cannes (2018), y en la última edición de Les Avant Premieres.
Hace dos años, la fábrica Perrin, conocida en la industria automovilística y perteneciente a un grupo alemán, llegó a un acuerdo con sus trabajadores quienes aceptaron un importante recorte salarial con el fin de salvar la compañía ya que les prometieron que a cambio protegerían sus empleos durante cinco años. En la actualidad, y a pesar de haber obtenido grandes utilidades, la compañía ha tomado la decisión de cerrar alegando la falta de competitividad.
Debido al incumplimiento del acuerdo original, los 1.100 empleados animados por Laurent Amédéo, se niegan a aceptar esta brutal decisión y a partir de ese momento deciden luchar por aquello que consideran justo, haciendo todo lo posible para que la empresa respete lo acordado.
Amédéo y sus seguidores solo desean ser escuchados y comprendidos, y están dispuestos a llevar su lucha hasta la cabeza de la empresa alemana que los quiere dejar en la calle, mientras algunos compañeros comienzan a conformarse con una indemnización que solo significa "pan para hoy y hambre para mañana", puesto que la mayoría son mayores de cuarenta años no podrán conseguir un nuevo empleo, pero tampoco podrán jubilarse aún, comprometiendo su situación financiera a mediano plazo.
En medio de las manifestaciones que se llevan a cabo afuera de la fábrica cuya producción se ha detenido debido a la huelga de sus trabajadores, de las conversaciones con los directivos locales de la empresa y de las reuniones con los representantes del gobierno que dicen apoyar la causa de los empleados, se va desarrollando esta historia realista y dura, que muestra como los poderosos tienen el poder de manejar la vida de aquellos que están debajo en la escala social, y como el dinero se pone por encima de las necesidades de las personas, necesidades tan básicas como tener un empleo digno y así sostener una familia.
Una película intensa, bien narrada, y filmada casi como un documental, con la misma crudeza que el film anterior de este realizador francés, "El precio de un hombre" (2015), donde Stéphane Brizé había trabajado con Vicent Lindon como protagonista, cuya labor vuelve a ser impecable y creíble.
Elenco: Vincent Lindon, Jacques Borderie, Bruno Bourthol, Valérie Lamond, Guillaume Draux, Mélanie Rover.
Dirección: Stéphane Brizé.
Guion: Stéphane Brizé, Olivier Gorce.
Música: Bertrand Blessing.
Título original: En guerre.
Título internacional: At War.
2018 - Francia.
Drama - 113 minutos.
Mont Blanc.
Trailer:
A continuación unas palabras del director Stéphane Brizé:
(Fragmento de entrevista en Cineuropa)
"Lo que me interesa es ver detrás de las imágenes que recibimos de esto, imágenes que siempre son de la más espectacular de las violencias. Cuando aparecen en los medios, barren todo a su paso y se cargan, evidentemente, el discurso de los asalariados, por muy legítimo que pudiera resultar.
Desde el momento en que esas imágenes existen, su combate se detiene inmediatamente. ¿Qué ha ocurrido en los meses que precedieron esa acción? ¿Cómo pudimos llegar a eso?
No es en absoluto una película que legitime la violencia sino que legitima la ira. Antes de la ira hay sufrimiento.
Ese es el orden: sufrimiento, ira, violencia. Durante mucho tiempo, mis personajes y los problemas de mi cine eran íntimos, internos a la familia o a la pareja.
Desde "El precio de un hombre" abro la ventana al mundo y miro cómo el mundo repercute en los hombres. La brutalidad del mundo en que vivimos brinda terrenos de investigación y de interés colosales."
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