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La Quietud, y la inquietud que hay detrás de ella.


Cuando Augusto sufre un ACV, su hija mayor Eugenia regresa de Paris después de muchos años de ausencia, para acompañar a su madre Esmeralda y a su hermana Mía, hospedándose en La Quietud, la finca familiar. Una casa enorme rodeada de un gran parque, un hermoso jardín, arboles frutales, una huerta, y varios animales, todo eso les pertenece desde hace mucho tiempo. Augusto y Esmeralda se habían conocido trabajando en la escribanía de Nicanor, un gran amigo de la familia, cuyo hijo Esteban también trabaja allí con su padre.

Entre Mía y Eugenia surgen los recuerdos de la juventud cuando ambas gustaban del mismo joven, y con ello la complicidad que siempre ha existido entre las dos hermanas, al punto de compartir un orgasmo tras masturbarse juntas. Eugenia es la hija preferida de Esmeralda, quien se lleva muy mal con Mía, pero esta es muy cercana con su padre y lo idolatra, estando pendiente de él ahora mas que nunca debido a su enfermedad. 

Eugenia y Esteban han mantenido durante un largo tiempo una relación clandestina y tienen un encuentro pasional antes de la llegada de Vincent, el esposo de Eugenia, quien a su vez la engaña con Mía. Poco a poco la situación se vuelve más tensa en La Quietud porque algunos secretos familiares comienzan a salir a la luz, y surgen al mismo tiempo más reproches y agresiones entre madre e hija, y el relato da un giro inesperado hacia el final.


Una historia oscura, que habla de una familia con muchos problemas emocionales donde todos ocultan algo, y que por momentos roza el absurdo y el melodrama, enmarcada en una bella fotografía realizada por Diego Dussuel, con un acertado manejo de la luz, e intercalando algunas tomas fuera de foco con otras donde se lucen los detalles.

Pero lo mas destacado de esta película radica en la soberbia actuación de Graciela Borges en el papel de Esmeralda, una madre dominante y manipuladora, capaz de lastimar solo con su mirada. Junto a ella también se luce bastante Martina Guzman (Mía) cuyo personaje posee fuerza y emoción. Las acompañan Berenice Bejo (Eugenia), Joaquín Furriel (Esteban), Edgar Ramirez (Vincent), e Isidoro Tolcachir (Augusto).


Guión y Dirección: Pablo Trapero.
2018 - Argentina.
Drama / Thriller - 117 minutos.

Cecilia Tedesco.


CONFERENCIA DE PRENSA


Estuvieron presentes Martina Guzman, Joaquin Furriel, Axel Kuschevatzky, y Pablo Trapero. 


A continuación los comentarios de cada uno de ello:


"Fue un proyecto lindo de hacer, muy distinto a las últimas películas que hice. Habla de una familia endogámica, encerrada, está llena de violencia, y contada desde el mundo femenino mientras que los hombres son como accesorios, Mía y Eugenia sometidas a la mirada de Esmeralda, y Esteban y Vincent como satélites dependiendo de la voluntad y el deseo de las tres mujeres. 

Disfrutamos mucho el set, y tuvimos tiempo para trabajar con los actores. Trabajamos a dos cámaras, usamos lentes clásicos Panavision, que aca no existen y que se trajeron por primera vez al país. El grupo de actores es lo mejor que tiene la película, un ensamble que trabajó muy bien, descubrimos cosas de los personajes mientras filmábamos, y fue una experiencia linda a nivel personal.

Desde el comienzo de la escritura estaba planteado este universo, con el descubrimiento tardío de las hijas, con otra manera de exilio porque se fueron oficialmente y las chicas no sabían en que mundo vivían sus padres, y como poco a poco se va descubriendo la intimidad de la familia.

Esta película fue como una aventura, a medida que se iba haciendo íbamos viendo como evolucionaba el guión. Tuvimos tiempo para encontrar los detalles de cada personaje durante el rodaje, y eso fue lindo. Había un guión pero había libertad para explorar distintas facetas de cada personaje.

Hicimos el intento de co producir con Francia pero no se pudo hacer y fue mejor así porque tuvimos más libertad. También hubo mucho riesgo económico pero fue liberador no hacer la co producción, y aunque toda la presión cayó sobre Matanza Cine, mi productora, le dio más libertad a la película.

La Quietud es un nombre típico de una estancia, tiene que ver con el mundo de esta gente que vive en muchos lugares, el lugar se siente sereno pero se contradice con lo que ocurre dentro de esas paredes, el campo se ve casi salvaje sin gente trabajando allí, y la mayoría de las escenas son adentro, los secretos de esa casa vienen desde hace años. La estancia real donde se filmó se llama "La República", está cerca de Lujan, tiene 2000 hectáreas, y le pertenece a la familia Moneta, al igual que la cama era la del empresario Moneta que también tuvo un ACV. Algunos miembros de esa familia tienen puntos en contacto con esta historia, lo cual fue un impacto intenso como experiencia para todos ellos.

El tema de los actores era algo fundamental, y fue cumplir varios deseos como volver a trabajar con Martina para tener un personaje tan intenso como Mía, que es silencioso pero es el centro de la historia. Conoci a Berenice cuando presentaron "El Artista" en Cannes, me sorprendió el parecido físico entre ella y Martina, y allí surgió la idea de hacer una película donde las dos fueran hermanas.

A Graciela la conoci hace muchos años, y fue ella quien me dijo que quería hacer una película con Martina hace más de 15 años. Siempre quise hacer una película con ella. Esta película fue la posibilidad de cumplir sueños, y también quería tener a Joaquin y a Edgar. Todo fue muy natural durante la filmación con los actores, por el compromiso que ellos tenían al trabajar."  Pablo Trapero.


"Lo mas particular que tiene esta película fue el ensamble actoral, cada uno con un estilo diferente. Para mi fue un gran desafío trabajar con cada uno de ellos, cada uno de ellos reflejaba una parte del ser humano, era como bucear en la parte más oscura de cada uno. La película plantea personajes arquetípicos. Fue una gran aprendizaje hacerla en todo sentido. 

La escena fuerte de las dos mujeres buscando un orgasmo fue muy difícil de hacer, Berenice vivió conmigo durante la filmación de la película, tuvimos preparación, pasábamos la letra juntas muchas veces, fueron varias etapas, nos ayudó la parte coreográfica, pero fue algo incomodo y por eso primero hicimos mucho trabajo previo ablandando el texto y luego con las coreografías, completa la hicimos pocas veces. Hay algo sublimado entre ellas sobre el personaje de Vincent, donde ellas juegan con la sexualidad de una manera especial. Es muy provocadora pero muy necesaria para decir de que va la película y como es la relación entre ellas.  

Fue deleitarme mirando a Graciela, las escenas mas fuertes son con ella, me deje guiar por ella y fue de mucho aprendizaje. Fue fascinante y es muy lindo verla. Fue un honor trabajar con ella." Martina Guzman.


"Desde un principio me pareció que era formar parte de un grupo donde involucrarse era algo esencial. Me gustó la posibilidad de entender a esta familia desde el punto de vista donde las grandes tensiones son manejadas por las mujeres y los hombres se acomodan. Todos son cómplices de una información oculta que tiene esta familia. Es gente que vivía con una economía expropiada, y eso es algo que ocurrió. Todo se va desquebrajando a pesar de la belleza que se ve al principio, por el lugar y los personajes. 

Aprendí mucho al interpretar a Esteban, porque me sentí libre a pesar de no tenerla bien claro, por que confiábamos mucho en el director. Es una película muy incomoda por el clima que genera, fue un abordaje distinto a otras películas de Pablo.

Estaba filmando otra película en España cuando nos encontramos con Pablo en Madrid, pero quería trabajar con Pablo y estoy agradecido de que me diera la posibilidad porque cada personaje cada vez que aparece tiene diálogos correctos.

Con Graciela había hecho un unitario, y ahora trabajar con ella en cine fue algo increíble. Lo que hace su personaje te perturba, pero al verla a los ojos te enamora. Es una película vincular porque cada personaje afecta al otro." Joaquin Furriel.



"Ser parte del universo creativo de Pablo fue alucinante, fue un salto de fe hacer algo tan incómodo como esta película. Es un 100 % Trapero, y es un 100 % argentina, no es co producción con nadie. Fue un riesgo desde lo conceptual y lo moral, y también desde lo formal." Axel Kuschevatzky.

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